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Bienes de consumo, alimentación y retail

Orientamos a las empresas de bienes de consumo, retail y de alimentación hacia el cambio

Tanto el comercio electrónico, como el metaverso, la salud y el bienestar; la sostenibilidad y los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza empresarial (ESG) siguen influyendo en el comportamiento de los consumidores. Es por ello que en DLA Piper hacemos un seguimiento de estas tendencias y analizamos cómo afectan a los mercados de su negocio. Nuestro objetivo es ayudarles a comprender cómo aprovechar todo su potencial y, con ello, fomentar su crecimiento. 

Asesoramos a las principales empresas de bienes de consumo, retail, alimentación y bebidas, y moda —muchas de las cuales son referentes en sus industrias y operan a escala mundial—, ayudándoles a crear oportunidades comerciales y a proteger sus marcas y su propiedad intelectual.

DLA Piper es un despacho internacional, con presencia en Europa, Asia Pacífico, Oriente Medio, Norte América, Latinoamérica y África, que cuenta con un equipo multidisciplinar altamente cualificado y preparado para afrontar los retos a los que las compañías de estos sectores suelen enfrentarse en sus propias jurisdicciones, industrias, productos y mercados.

 

“Ofrecemos a nuestros clientes soluciones innovadoras, estratégicas y prácticas para resolver los asuntos legales de sus empresas, independientemente del escenario en el que se encuentre.”

Nuestro conocimiento de la industria nos permite conocer anticipadamente las necesidades a las que se enfrentan nuestros clientes del sector. Ello nos permite analizar todas los escenarios para lograr soluciones adecuadas.

Estamos implicados en su sector y nos mantenemos al tanto de tendencias tales como el marketing de afiliación, la transformación digital y el desarrollo de nuevos productos. Nuestros abogados comparten sus reflexiones a través de nuestros webinars personalizados, eventos para clientes, publicaciones periódicas sectoriales y colaboración diaria con los clientes.

Ofrecemos a nuestros clientes soluciones innovadoras, estratégicas y prácticas para resolver los asuntos legales de sus empresas, independientemente del escenario en el que se encuentre: en la expansión a nuevos mercados a través de nuevas empresas y de adquisiciones, afrontando crisis tales como las reclamaciones de publicidad falsa o las demandas colectivas, o repensando su estrategia de retail tras la pandemia. Igualmente les acompañamos en la planificación fiscal de sus inversiones y desinversiones.

Le ayudamos a sacar el máximo partido a la tecnología aplicada al marketing mediante el esclarecimiento de cuestiones relacionadas con la concesión de licencias —por ejemplo, para marcas que usan NFTs como mercancía, bienes coleccionables y experiencias— y apoyando a retailers que hace uso del e-commerce para para sus ventas y entregas, lo cual plantea problemas   en cuanto a la privacidad de los datos y la tramitación de los pagos y multitud de cuestiones tributarias relacionadas con el IVA y el Impuesto sobre Servicios Digitales entre otras.

Otra cuestión trascendental es la forma en que su empresa muestra sus valores y transparencia en su empeño por alcanzar sus objetivos en materia de ESG. Nuestro equipo está formado por abogados especializados en el ámbito de ESG y con amplia experiencia en cómo la sostenibilidad y los criterios ESG inciden en el sector. En DLA Piper queremos acompañarle en su desarrollo a largo plazo.

 

Sostenibilidad yESG

Los legisladores, inversores, accionistas y gobiernos de todo el mundo presionan, cada vez más, a las empresas para que tengan en cuenta los factores ambientales, sociales y de gobierno (ESG) en sus operaciones y estrategias; . Además, los consumidores  comparten sus experiencias y opiniones sobre las empresas a través de las redes sociales y luego toman decisiones de compra en consecuencia.

Nunca antes habían sido tan relevantes aspectos  como la responsabilidad social, la reputación, el liderazgo y la transparencia empresarial. Las empresas de bienes de consumo y del sector comercial y de alimentación deben estar dotadas de una estrategia ESG que demuestre sus valores como empresa responsable y garantice que dichos valores se implementan de manera transparente y auditable en toda la cadena de suministro. 

Los factores ESG abarcan un amplio abanico de asuntos que van más allá de las cuestiones ambientales; entre ellos, la diversidad en el empleo, las buenas prácticas en el lugar de trabajo y la transparencia en la contabilidad, así como la rendición de cuentas en toda la cadena de suministro, incluido el suministro de productos, la fabricación y gestión del ciclo de vida del producto, las rutas de acceso al mercado, las logística del «último kilómetro» (last mile) y la gestión y reducción de residuos. No son pocas las cuestiones que hay que tener en cuenta. 

Si bien, puede existir una disyuntiva entre la aplicación de los factores ESG y la exigencia de incrementar las ganancias y mejorar los márgenes de beneficio, el ambiente del mercado y el patrón de compra de los consumidores han comenzado a reducir la brecha entre estos dos objetivos. En consecuencia, las empresas deben conocer plenamente los factores ESG e integrarlos en su modelo y estrategia comercial si quieren seguir siendo rentables. Las empresas que no aborden estas cuestiones correrán el riesgo de exponerse a  litigios(particularmente en jurisdicciones globales en las que las demandas colectivas van en aumento), infracciones reglamentarias y daños a su reputación, además de que sus resultados y las oportunidades de inversión se verán afectados. 

Bienes de consumo 

Muchas empresas de bienes de consumo ven en este nuevo enfoque y/o mentalidad, una oportunidad y no esperan a que los reguladores impulsen el cambio. Valoran la reducción de costes, fruto de la eficiencia energética y de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en todas las etapas de la cadena de suministro. Disminuyen, asimismo, su dependencia de los combustibles fósiles y utilizan energías renovables y aplican métodos operativos ajustados (LEAN) con el fin de reducir los desperdicios, lo cual se traduce en una reducción de los costes y una mejora de la sostenibilidad a largo plazo.

Por otra parte, estas empresas recurren al uso de nuevas tecnologías —tales como la inteligencia artificial y el Internet de las cosas— para generar beneficios ambientales y ventajas económicas, y lo hacen aumentando la eficiencia y elaborando una previsión de la demanda más efectiva, así como intercambiando la capacidad de los almacenes y la logística. Hoy en día, las marcas de bienes de consumo se enfrentan a un control más minucioso de su forma de gestionar el ciclo de vida de sus productos. En este sentido, los consumidores quieren que los minoristas les muestren cómo se fabrican los artículos y qué materiales se emplean. Para lograr esa transparencia se pueden aplicar soluciones de blockchain para crear un registro digital de operaciones que no se pueda modificar. Esta tecnología es transformadorapara las empresas de bienes de consumo, pues reduce los obstáculos y aumenta la visibilidad, la confianza y la interoperabilidad entre las diferentes partes que conforman la cadena de suministro. Muchas empresas están también aplicando cadenas de valor de circuito cerrado para gestionar los residuos, reducir los riesgos ambientales y promover el reciclaje. Por ejemplo, los bienes de consumo duraderos, como son los aparatos de cocina, tienen un elevado impacto medioambiental —al final de su vida útil pueden acabar directamente en el vertedero en lugar de ser reciclados— y a menudo contienen sustancias químicas nocivas que se liberarán a la atmósfera si no se eliminan correctamente. Las cadenas de valor de circuito cerrado aplicadas a dichos productos fomentan la eliminación segura y el reciclaje efectivo. La gestión de residuos y el reciclaje son aspectos que van ganando importancia progresivamente en la estrategia empresarial de este sector. 

Sector de la alimentación y las bebidas 

En el caso del sector de la alimentación y las bebidas, el aspecto probablemente más conocido en materia de ESG surge de un mayor hincapié en los problemas de salud. Un claro ejemplo de ello es el problema mundial de la obesidad, que la Organización Mundial de la Salud ha calificado de epidemia mundial. Se calcula que más de 650 millones de personas padecen obesidad y las repercusiones para las sociedades (una menor esperanza de vida y una amplia variedad de problemas de salud relacionados, como son las cardiopatías y la diabetes) son, sin duda, considerables. Se exige a las empresas de este sector, que demuestren su compromiso de ayudar a encarar esta crisis haciendo que sus ingredientes sean más saludables, abordando el tema de los precios de los alimentos más saludables y limitando la comercialización de alimentos poco saludables. Los gobiernos están asimismo desarrollando nuevas formas de reducir la obesidad, que pasan por sensibilizar a las personas, gravar productos tales como las bebidas azucaradas y cambiar las normas de etiquetado. 

También hay una tendencia cada vez más generalizada hacia la creación de espacios saludables (healthification) y el concepto de «consumidor consciente», la cual persigue un estilo de vida más saludable y más respetuoso con el medioambiente —especialmente entre los adultos jóvenes—, que pretende reducir el consumo de carne y la ingesta de alcohol (o directamente practicar  el ayuno) y aboga por consumir productos que no sean solo orgánicos, sino también de comercio justo. Esta tendencia es la que está influyendo en las inversiones y el desarrollo de nuevos productos tales como las bebidasde baja graduación y las alternativas sin carne. Los principales impulsores del consumismo consciente son: 

  • las preocupaciones sanitarias —a escala personal y social—, 
  • las consideraciones de carácter ético / el bienestar animal, 
  • el impacto ambiental del consumo de carne y transporte internacional de productos alimenticios, 
  • la seguridad alimentaria, 
  • y, más recientemente, la COVID-19 y las posibles futuras pandemias. 

Dado que una parte considerable del consumismo consciente afecta a los ingredientes y su procedencia, es probable que veamos la adopción de la tecnología blockchain como medio para crear un registro permanente, inmutable y transparente de cada eslabón de la cadena de suministro, lo que incluye el suministro de ingredientes y el control de las condiciones de las fábricas, los almacenes y el transporte. El uso del blockchain para hacer un seguimiento y registro de la vida útil de un producto también facilitará y tornará más eficiente la retirada de los productos. 

Otro aspecto importante de los factores ESG para las empresas del sector de la alimentación y las bebidas es el etiquetado y envasado de alimentos. Desde hace años, los responsables del sector llevan reclamando reformas jurídicas que garanticen que las etiquetas y los envases de los alimentos sean uniformes en todo el sector y que sean, asimismo, claros y comprensibles para los consumidores que procuran tomar decisiones saludables. 

La gestión del ciclo de vida de los productos es otro tema central que ocupa al sector de la alimentación y las bebidas. Durante años, esta industria ha dependido en gran medida de los plásticos de un solo uso, pero los gobiernos y los consumidores denuncian ahora esa dependencia y exigen que los plásticos se reciclen de forma segura, llegando incluso a abogar por prohibir su uso en envases. Son muchos los minoristas que han tenido esto en cuenta y el sector ha sido testigo de una reducción masiva del uso del plástico. 

Retail 

Los residuos son una de las principales preocupaciones en materia de sostenibilidad para el comercio minorista. Quizás el aspecto más importante de este ámbito sea la denominada «moda rápida». Las marcas de ropa comercializan productos de temporada para consumidores deseosos de seguir las últimas tendencias en moda. Con todo, no es infrecuente que, al final de una temporada, esos productos simplemente se desechen, lo cual genera enormes cantidades de residuos que obstruyen los vertederos. Los consumidores son cada vez más conscientes de sus hábitos de compra y de las consecuencias medioambientales de tirar un sinfín de prendas a la basura al final de cada temporada. El sector comercial y de la moda deben encontrar la manera de abordar este problema y conciliar la presión a la baja de la competencia sobre el precio y la necesidad de garantizar un margen de beneficio. 

Los residuos no se limitan únicamente a las marcas low cost de moda rápida, sino que las marcas de lujo también sufren el tema de los residuos. Por ejemplo, el proceso de corte de patrones puede generar grandes cantidades de residuos. Por otra parte, estamos siendo asimismo testigos de una atención negativa centrada en las marcas de lujo a las que se acusa de quemar existencias no vendidas para mantener su supuesta exclusividad. 

Todo esto ha generado una mayor sensibilización por parte de los consumidores sobre las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza en el sector comercial, pues quieren conocer la procedencia y el método de fabricación de los artículos. También quieren saber cómo tratan las marcas a sus empleados y a los de sus subcontratistas y proveedores. Los consumidores esperan que las marcas apliquen principios éticos a fin de garantizar la salud y seguridad en el trabajo de sus empleados y asegurarse de que perciben un salario digno, pero también esperan que éstas asuman una mayor responsabilidad en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza —y que lo hagan no solo en sus escaparates, sino en toda la cadena de suministro—. Asimismo, las ONG suelen defender los intereses de los trabajadores de fábricas en las que los principios éticos brillan por su ausencia, y sienten que es su deber moral sacar a relucir estos problemas. Se espera que las empresas asuman la responsabilidad de todos los aspectos de su producción, y aquellas que no estén a la altura y no sean suficientemente transparentes pueden llegar a sufrir repercusiones (notoriedad en las redes sociales, boicots por parte de consumidores, sanciones, consecuencias comerciales permanentes y repercusiones duraderas sobre su reputación). 

También es una cuestión fundamental el cómo el consumidor recibe el producto. Las compras electrónicas se han disparado a consecuencia de la COVID-19. Las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza empresarial relativas a la logística y, más concretamente, a los residuos generados en el proceso de entrega, así como el impacto ambiental de las ineficiencias del «último kilómetro» (last mile), son más visibles para el público y, en consecuencia, están sometidas a un control más riguroso. Este es un problema con el que el sector lleva años lidiando, desde el punto de vista de la rentabilidad, pero que ahora también se está analizando desde el prisma ESG. El uso de vehículos eléctricos en el «último kilómetro», especialmente en áreas urbanas, es cada vez más frecuente, y también prevemos un aumento del uso de la tecnología para programar entregas dinámicas y compartir capacidad dentro de los vehículos. Del mismo modo, el problema de los plásticos de un solo uso para las entregas está también cada vez más extendido y las marcas reciben cada vez más presión para reducir el uso de envases de plástico y emplear materiales completamente reciclados (y reciclables). 

Por último, otro aspecto clave de los factores ESG en el sector comercial está relacionado con el uso y la seguridad de los datos del consumidor. La experiencia de compra online permite a los consumidores adquirir los productos de los minoristas con mayor facilidad, pero también expone a las empresas y a los consumidores al riesgo de ciberataques. A mayor abundamiento, algunas empresas han intentado monetizar los datos de los consumidores, lo que plantea más problemas de privacidad. Las empresas que incluyen prácticas de tratamiento de datos transparentes y buscan ser transparentes en cuanto a su gestión de las violaciones de la seguridad tienen más probabilidades de ganarse y mantener la confianza de los consumidores. 

Para analizar las implicaciones de estos temas para su empresa, puede contactar con nuestro equipo de ESG.

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